Hay una calle en París llamada rue des Pyramides. Una vez me imaginé que estaba llena de arena y pirámides.
El domingo que fui allí a cerciorarme, una pobre anciana que cojeaba chocó conmigo sin verme. Podría haber sido una egipcia por su avanzada edad.
Apoyándose en un bastón y a prisa pasó por las fachadas de las tiendas cerradas como si hubiera un desfile en alguna parte, o una ejecución para ver, ¡una cabeza ensangrentada sujeta por el pelo!
El día era frío. Ella pronto desapareció, mientras yo examinaba un letrero de circo medio despegado bajo el cual había otro con la cabeza de una esfinge que me miraba.
Pirámides y esfinges
Hay una calle en París
llamada rue des Pyramides.
Una vez me imaginé que estaba llena
de arena y pirámides.
El domingo que fui allí a cerciorarme,
una pobre anciana que cojeaba
chocó conmigo sin verme.
Podría haber sido una egipcia
por su avanzada edad.
Apoyándose en un bastón y a prisa
pasó por las fachadas de las tiendas cerradas
como si hubiera un desfile en alguna parte,
o una ejecución para ver,
¡una cabeza ensangrentada sujeta por el pelo!
El día era frío. Ella pronto desapareció,
mientras yo examinaba un letrero de circo medio despegado
bajo el cual había otro
con la cabeza de una esfinge que me miraba.
(De "Hotel Insomnia", 1992)