La crisis de lo politico
POR MANUEL CASTELLS
(Manuel Castells es autor de El poder de la identidad).
Las elecciones presidenciales francesas marcan un punto de inflexion de la crisis de legitimidad politica que afecta tanto a Europa como al resto del mundo. La globalizacion de la democracia parece conducir a la crisis de lo politico, es decir, del sistema de representacion ciudadana sobre el que se basa la democracia. Los datos estan ahi: en Francia, una tercera parte de los votantes han apoyado opciones (populistas de derecha o de extrema izquierda que no se reconocen en las instituciones democraticas ni en la Union Europea). Mirando a Europa en estos momentos, el fenomeno Le Pen es la expresion mas espectacular y dolorosa (por afectar a Francia, el pais fundador de la democracia politica moderna) de una corriente mas profunda, que va de la Austria de Haider a la Italia de Berlusconi-Fini-Bossi, pasando por el progreso del populismo xenofobo en Holanda (con la irrupcion de Pim Fortuyn), en Dinamarca (haciendo caer el Gobierno socialdemocrata), en Noruega, en Suiza y, en formas mas embrionarias, en practicamente todos los paises europeos, junto con el avance en Alemania de Stoiber, el mas derechista candidato que ha tenido en anos la democracia cristiana, en torno a una plataforma nacionalista y de seguridad. Una ojeada rapida al entorno planetario llevaria a constatar la descomposicion del sistema politico japones (que dana gravemente a la segunda economia del mundo), el rechazo unanime de la gente hacia la clase politica en la Argentina desestabilizada por la globalizacion financiera, la vuelta al golpismo (Venezuela) y a la guerra civil (Colombia) en America Latina, la exacerbacion de los odios fundamentalistas en la India y Pakistan, la penetracion de redes criminales en la mayoria de los Estados africanos, la escalada de la violencia entre israelies y palestinos, y la tension persistente entre redes terroristas y dispositivo de seguridad estadounidense, que lleva a priorizar al estado del orden sobre el estado de la libertad. Lo que ocurre en la escena politica expresa lo que dicen las encuestas de opinion
: los ciudadanos no se sienten representados por sus gobiernos (en una proporcion de 2/3 en el ambito mundial, segun Naciones Unidas), tienen una pesima opinion de la honestidad y sentido del servicio publico de los politicos y votan mas en contra de lo que temen que a favor de lo que esperan.
Creo que hay mucho de comun en la creciente incapacidad de las formas democraticas del Estado-nacion para representar a los ciudadanos a la vez en la gestion de lo global (donde reside el poder) y en la preservacion de lo local (donde vive la gente). Pero tal vez podemos entender mejor el todo yendo por partes y centrandonos en lo que esta pasando en Europa. La primera observacion es que la crisis de representacion proviene a la vez del voto de protesta populista de derecha, del desanimo de los ciudadanos con respecto a los principales partidos del arco democratico y del ascenso del voto alternativo y de extrema izquierda, en particular entre los jovenes. Por tanto, no se trata tanto de una derechizacion de la politica, sino de una descomposicion de la base politica del centro-derecha y del centro-izquierda, segun paises y coyunturas. En Francia, el Frente Nacional de Le Pen llego a rozar el 15% del voto hace una decada. El impacto actual de un incremento moderado de ese porcentaje en la actual eleccion se debe a dos factores. Por un lado, a la reforma de la eleccion presidencial, que permitio la expresion de un voto de multiples minorias, llevada a cabo por Mitterrand, precisamente para facilitar a Le Pen que quitara votos a la derecha, en uno de esos tipicos gestos maquiavelicos con los que Mitterrand contamino la vida politica en Francia. Por otro lado, porque los mismos jovenes (y menos jovenes) que ahora se manifiestan en las calles de Francia contra Le Pen no estaban motivados para votar por la izquierda o prefirieron refugiarse en paraisos artificiales de la politica, como el trotskismo del siglo XXI. Por tanto, el fenomeno no se llama derechizacion, sino deslegitimacion de la politica establecida. Algo semejante ha ocurrido en Italia, en donde el electorado eligio a un Berlusconi perseguido por la justicia, auto-amnistiado con la colaboracion de la izquierda, a un Fini neofascista rehabilitado y a un Bossi xenofobo confeso, merced a la abstencion de los desanimados y a la cooperacion de los comunistas irr
Si salimos del mundo de la politica formal y miramos a la sociedad, observamos la fuerza creciente, en la calle y en la opinion publica, del movimiento antiglobalizacion (o en favor de una globalizacion alternativa, segun las tendencias que coexisten en el movimiento). En los origenes de ese movimiento esta el lema de la primera gran manifestacion, la de Seattle en diciembre 1999: 'No a la globalizacion sin representacion'. En principio, se trata de un lema demagogico, porque la Organizacion Mundial de Comercio, y otras instituciones internacionales, estan integradas por gobiernos que, en su mayoria, son democraticamente elegidos. Pero precisamente el hecho de que esa representatividad para gestionar la globalizacion sea puesta en cuestion es lo significativo. Sobre todo, cuando ese cuestionamiento es crecientemente compartido por sectores importantes de la opinion publica: 350.000 manifestantes pacificos en Barcelona no son marginales, pese a quien pese.
Pero, como me preguntaba el presidente Pujol, sinceramente preocupado, en una conversacion reciente,